La provincia de León afianza de nuevo su liderazgo nacional en la producción de maíz, según los datos hechos públicos por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA), del Ministerio de Agricultura. En 2023 se han declarado en España, a efectos de las ayudas de la PAC (Política Agraria Común) 242.700 hectáreas de este cereal, con 211.987 cultivadas en regadío y 30.713 de secano (en las regiones húmedas, donde se utiliza como forraje ensilado para el vacuno de leche). Según esos datos, en la provincia de León se han cultivado 71.526 hectáreas, lo que representa el 29,47 por ciento de la superficie nacional y el 33,74 por ciento del maíz que se cultiva en regadío. Respecto a Castilla y León, la provincia representa el 63 por ciento de las 113.000 hectáreas contabilizadas.
Asaja valora que la provincia de León haya seguido ganando peso en el conjunto nacional debido a que ha sido este un año de sequía que ha disuadido las siembras en muchas zonas productoras, mientras que en León, por el buen estado de los embalses, no ha habido esta limitación.
No obstante, señalan en un comunicado, sí se ha producido en la provincia una reducción de las siembras, respecto a 2022, debido a que así lo ha impuesto la aplicación de la nueva PAC que exige diversificar cultivos, rotar cultivos, e introducir los denominados cultivos ‘mejorantes’.
El maíz cultivado en la provincia se destina sobre todo a la obtención de grano para pienso de alimentación animal, y se comenzará a cosechar en la segunda quincena de octubre. Unas 4.000 hectáreas se usan como forraje en ensilado para la alimentación del ganado lechero, cuya recolección ya ha comenzado. Una superficie más modesta se destina a la producción de maíz dulce, que se recoge en mazorca, destinado a la alimentación humana, y que se recolecta por estas fechas.
Asaja subraya que es una defensora a ultranza del maíz, para el que la organización no ve otra alternativa de cultivo que pueda sustituirlo sin menoscabar la rentabilidad de las explotaciones. Por eso, la organización agraria reclama que no se le penalice con las normas de la PAC y que se considere como un cultivo medioambientalmente sostenible por ser el que menos pesticidas requiere en su fase de cultivo y porque, “contrario a lo que algunos puedan pensar, no requiere más consumo de agua que otros”. Desde el punto de vista comercial, añaden, España es gran deficitaria en la producción de este grano, así que lo que no se produzca aquí se ha de importar de países que producen maíz transgénico.