El Sindicato Central de Los Barrios de Luna sigue demandando que las Administraciones Públicas tomen conciencia de que la regulación, utilización, gestión y distribución del agua debe convertirse en un objetivo prioritario
Los cultivos de regadío son garantes de la alimentación del futuro, ayudan a reducir la contaminación y a vertebrar los territorios. Sin embargo, el sector se encuentra amenazado por la subida de los costes de producción y las injustas diferencias entre los precios que se pagan al agricultor y los de venta al consumidor. Desde el Sindicato Central de Barrios de Luna aseguran que «seguimos demandando que las Administraciones Públicas tomen conciencia de que la regulación, utilización, gestión y distribución del agua debe convertirse en un objetivo prioritario y de que la sociedad se conciencie de su incalculable valor».
El regadío de la provincia sigue encarando su futuro y, con ello, su influencia en la economía provincial y en el futuro del mundo rural. «En el Sindicato Central de Barrios de Luna nos planteamos conseguir la modernización de nuestras zonas regables, desde que en el año 1999 fuimos conscientes de la decisión del Gobierno de España de crear las Sociedades Estatales de Infraestructuras Agrarias (SEIASA’S), así como de la intención de la Junta de Castilla y León de entrar en el esquema financiero ofrecido a las Comunidades de Regantes para poder hacer sostenible económicamente esta auténtica revolución en los tradicionales sistemas de riego».
Además, añaden que «son más de 25 años de duro trabajo que están teniendo sus frutos, porque de las casi 53.000 ha que abastece el embalse de Los Barrios de Luna en la actualidad, ya contamos con 27.250 has con riego modernizado (4.500 de ellas por un plan de choque), 1000 en ejecución, 6.000 encomendadas por el Gobierno a la espera de ser licitadas, 7.750 con la modernización aprobada en sus Asambleas Generales a la espera de consignación presupuestaria y 3.000 que ya están trabajando para someter a sus partícipes y regantes la futura modernización».
Recuerdan que su objetivo «sigue siendo llegar, como mínimo, a las 50.000 ha modernizadas, lo que supondrá una mejora importante en el ahorro y la gestión del agua. Gracias a la modernización de los sistemas de riego, que cuentan con tecnología puntera de telecontrol y telegestión, pretendemos conseguir un ahorro próximo al 16% en la utilización de agua».
Pero la modernización, añaden, no solo produce ahorro de agua, «implica una forma totalmente diferente su gestión y distribución con respecto a como se hacía en el riego por gravedad, porque se logran satisfacer las necesidades reales de los cultivos sin que sufran estrés hídrico con una mejora significativa de la productividad, evitando pérdidas de agua innecesarias que llevaban aparejado un arrastre de nutrientes y lixiviados a las aguas superficiales y subterráneas, lo que convierte a los regadíos en más sostenibles ambiental, social y económicamente». Además, señalan, el moderno sistema de telegestión consigue un reparto más equitativo del recurso entre todos los usuarios afectados, convirtiéndose en una auténtica “democratización del riego».
«Pero desde el Sindicato Central no nos queremos quedar ahí y hemos decidido impulsar el proyecto DIGILUNA en colaboración con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), resultando beneficiarios de la Primera Convocatoria de Subvenciones (2023) en concurrencia competitiva de proyectos de digitalización de comunidades de usuarios de agua para regadío, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU».
Digiluna
«DIGILUNA nace por la necesidad de crear de una plataforma digital orientada a garantizar un uso racional del recurso hídrico durante la campaña de riego y a optimizar el proceso de dotación de agua, tanto desde el punto de vista técnico como organizativo. La herramienta integra a todos los usuarios implicados en la cadena de información y decisión, fomenta la transparencia en la gestión del agua y facilita la transferencia de información al conjunto de la ciudadanía». Esta plataforma, inciden, integrará todos los datos necesarios para poder conseguir este objetivo: datos de aportaciones históricas, disponibilidad total de agua, necesidades y peticiones de las Comunidades, caudales circulantes, datos nivales, predicciones meteorológicas, programas de riego, programación ajustada de los desembalses, etc., con la finalidad de poner a disposición de las Comunidades en su punto de toma el agua solicitada. «Se completará en el futuro con la mejora y la precisión de las peticiones realizadas por las propias Comunidades y los agricultores que las integran, porque están implementando a su actividad sondas de humedad, datos satelitales y su propia información meteorológica, lo que los llevará a precisar, más si cabe, las peticiones de riego», apuntan.
El Sindicato sigue demandando el necesario incremento de la regulación del sistema Órbigo para no poner en riesgo las cuantiosas inversiones que se están realizando en la modernización de los regadíos por insuficiencia del recurso agua. «Hasta el momento presente, las únicas soluciones han partido de los usuarios regantes con la mejora continua de la gestión del agua, sin que, desde el Gobierno de España, ni del resto de las Administraciones se haya llegado a culminar ninguna alternativa que pueda aliviar nuestra situación de precariedad. Por todo ello, seguimos solicitando al Gobierno de España que estudie a fondo el problema que nos afecta (sin entrar en conflicto con otras zonas regables) y que se puede agravar en el futuro y se busque la solución más óptima e idónea que ofrezca garantía a las necesidades de nuestros cultivos y, por ende, al mantenimiento de nuestra actividad económica y del desarrollo rural de nuestro territorio», reclaman.
Aceptando el reto
Como conclusión, desde el Sindicato Central de Barrios de Luna manifiestan que «la agricultura de regadío sigue aceptando el reto que le han lanzado las Administraciones de seguir modernizando sus explotaciones para hacerlas más sostenibles ambiental, económica y socialmente, producir alimentos de calidad para la sociedad y poner su grano de arena en el freno a la despoblación del mundo rural de nuestra provincia». Pero, insisten, «no es algo que podamos lograr solos y es necesario compensarlo con otras alternativas e iniciativas como puede ser la implementación de industrias agroalimentarias de transformación, el apoyo a otros sectores productivos que puedan generar empleo y asentamiento de población y mejora de los servicios. Entre todos podemos lograrlo y hacer que nuestra provincia siga adelante y tenga futuro».
Publicado en La Nueva Crónica de León