La modernización del lúpulo va a ser una revolución

Felipe Rubio es actualmente el mayor productor de lúpulo en España, un cultivo emblemático para el que pide ayudas específicas para su modernización

Nieto e hijo de lupuleros, Felipe Rubio Pérez, de Benavides de Órbigo, es hoy en día el mayor productor de este emblemático cultivo de España. Este ingeniero de Minas lleva toda la vida vinculado a la agricultura, a la que se incorporó definitivamente en 2013. Desde entonces su objetivo es buscar la máxima rentabilidad y modernización para sus explotaciones, que van desde San Feliz de Órbigo hasta Alcoba.

En estos momentos se encuentra inmerso en el proceso de modernización impulsado por la Comunidad de Regantes Presa de la Tierra, por lo que ha tenido que arrancar casi todo el cultivo que tiene en San Feliz y Benavides, y está a la espera de recibir las parcelas de reemplazo de la concentración parcelaria que se está llevando a cabo en la zona. Tras lo cual, sus 50 fincas de media hectárea pasarán a ser dos de 18 hectáreas cada una, lo que facilitará enormemente las tareas de cultivo y se reducirán los costes. Su objetivo es alcanzar las 35 hectáreas de lúpulo en dos únicas parcelas cuando acabe la modernización. De momento ya cuenta con siete modernizadas con un novedoso sistema de goteo bajo tierra. «La asignación de agua se hace desde la comunidad de regantes y podemos controlar todos los datos desde el móvil. El ahorro de agua es mucho, y también de fitosanitarios, ya que como no hay humedad en la planta no hay hongos, ni enfermedades, y tampoco malas hierbas, y se puede acceder a las fincas a hacer los tratamientos se haya regado o no. Además, los nitratos se suministran a través de las tuberías del riego, con lo que van directamente a la raíz», explica Rubio.

Una vez acabada la cosecha todo apunta a que será una buena campaña para el lúpulo leonés, ya que este año no se ha registrado presencia de mildiu ni de oídio, que en campañas anteriores diezmaron la producción. El problema, según este agricultor, es que a nivel mundial no es un buen momento para este cultivo. «Hay mucho stock, el consumo de cerveza ha bajado, y los costes de producción se han disparado», apunta.

A nivel provincial, para Rubio falta relevo generacional. «Los que nos dedicamos a esto es porque nuestros padres ya tenían explotaciones, y como en mi caso, por que nos encanta este cultivo», explica. Y es que la inversión que requiere el lúpulo es muy alta. «Una hectárea de lúpulo requiere entre 20.000 y 25.000 euros, sin tener en cuenta el coste de la finca que en el caso del Órbigo sería otro tanto». Además, los problemas para negociar el precio, las nuevas exigencias de la industria, que les obligan a cambiar de variedad, y la falta para encontrar mano de obra, «hace que muchos estén dejando este cultivo».

 

Fuente: Diario de León

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